Si tuviéramos la habilidad de mirar dentro del nivel atómico de todas las cosas, veríamos que toda la vida está vibrando. Los átomos están en constante movimiento. Lo que parece una mesa sólida es en realidad un conglomerado de átomos en movimiento que vibran y que en realidad tienen espacio entre cada átomo. Sin embargo, los objetos físicos no son las únicas cosas vibratorias. Albert Einstein dijo que “Todo en la vida es vibración, energía”, por lo tanto, si todo en la vida es vibración, las emociones y los pensamientos también vibran, al igual que las palabras y todo lo que manifestamos en la vida coincide con la vibración de nuestros pensamientos.
Las vibraciones se expresan a través de figuras geométricas correspondientes y de esta manera forman cristales que son la expresión de la vibración. Si no crees en esto mira que pasa al esparcir un poco de arena sobre la cabeza de un tambor, usar un diapasón y tocar una nota justo encima del tambor…
La arena se desplaza y asume una figura geométrica correspondiente a la nota particular que se toca. Cuando suena otra, la arena se mueve y asume otra figura. Esto muestra que cada vibración produce una forma geométrica correspondiente.
Todo en la naturaleza vibra a diferentes frecuencias. La investigación científica (Thomas Sugrue, 1928) ha demostrado que diferentes partes de nuestro cuerpo tienen su propia firma sónica. En otras palabras, el sonido de las células de nuestro corazón difiere del sonido de las células de nuestros pulmones. Cuando partes del cuerpo se estresan o se enferman, ya no producen la onda de sonido correcta; es decir que no están vibrando en su frecuencia de resonancia principal (óptima). Para restablecer o recalibrar su frecuencia, se debe comprender cómo las vibraciones más bajas y más altas afectan nuestra energía y salud.
Cuando nuestros cuerpos se desvían de su vibración normal, las enfermedades y los efectos nocivos salen a flote. Por lo tanto, podemos tener un fuerte impacto, ya sea de forma positiva o negativamente por energía vibratoria.
En el año 2002, el el psiquiatra e investigador Dr. David Hawkins publicó la siguiente escala de vibración de 0 a 1000 asignando un nivel de vibración a cada estado de conciencia correspondiente a una emoción. El ser humano promedio se encuentra en un nivel 207 Mhz. Para ser maestros iluminados tendríamos que vibrar a 1000 Mhz.
Cada uno de nosotros tiene sus propias vibraciones, y vibramos a nuestro propio ritmo. Las vibraciones varían en intensidad dentro de cada persona y de persona a persona, dependiendo de las experiencias que se manifiestan. Todos los cuerpos irradian esas vibraciones con las que se encuentran en sintonía a nivel mental físico, mental y espiritual y tal radiación se llama aura.
Dado lo anterior, las personas a las que llamas mejor amigo o alma gemela no es una coincidencia. Esto es porque estas personas tienen un nivel similar de vibración contigo. En otras palabras, sus frecuencias están en niveles similares a los tuyos. A veces, incluso si no hay una razón aparente, no nos agradan algunas personas que nos rodean. Esto se debe a que sus frecuencias son diferentes. Así que no es necesario esforzarse por mantenerse en contacto o estar de acuerdo con estas personas.
Si crees que tienes un nivel de vibración bajo o simplemente quieres subir tu nivel, hay formas de incrementar tu nivel de vibración:
Respirar profundamente
Respirar profunda y rítmicamente es una buena forma de reajustar y elevar nuestra energía vibracional pues ayuda a reducir nuestro ritmo cardíaco, relajarnos y tener bajo control nuestras emociones.
Meditación
Una meditación diaria de tan solo 10 minutos ayuda a reducir la presión sanguínea, mejora la estabilidad emocional, la concentración y la salud en general.
Gratitud
Agradecer constantemente por lo que se tiene, así sea solo por poder respirar, ver, oír, hablar, caminar aumenta considerablemente nuestra frecuencia vibratoria.
Generosidad
Ser capaz de dar o compartir con otros sin recibir nada a cambio nos hace vibrar en una altísima frecuencia. Nos convierte en mejores personas y nos dá sentido de propósito.
Alimentación de alta frecuencia
Consumir alimentos naturales como vegetales, frutas, legumbres, agua de manantial, miel, té herbal, etc.
Naturaleza
Entrar en contacto con la naturaleza el mayor tiempo posible. Una caminata por un bosque, ver una cascada, nadar en un manantial incrementa el funcionamiento cognitivo y el sentimiento de bienestar.
Reiki
Esta técnica alternativa de energía vibracional equilibra nuestra energía dentro y alrededor de nuestro cuerpo previniendo enfermedades y mejorando nuestra salud.
Yoga
La práctica de esta técnica equilibra nuestra mente-cuerpo-alma a través de la integración de la respiración, la meditación y el movimiento rítmico.
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